ELON MUSK: ¿FILÁNTROPO Y VISIONARIO?
Figura 1: Bahía de satélites antes de su despliegue en masa a bordo de un cohete Falcon 9 (Crédito SpaceX. Tomado de la Internet)
Seguirle la pista a Elon Musk, es tan complicado como sus polifacéticas y no poco controversiales faenas. Hace más de dos años hacíamos un breve análisis en las Circulares de la RAC 971 y 990 de enero de 2022 y agosto de 2023 respectivamente, del comportamiento reciente de Elon Musk en su afán protagónico del desarrollo tecnológico de las telecomunicaciones y del dominio de la exploración espacial, por no hablar de sus otros diversos tentáculos. Y a la luz de los acontecimientos proyectados desde entonces, vemos que las predicciones han sido según lo preveíamos. La historia nos va dando la razón.
La Space X, su empresa bandera, en tan solo una mínima fracción del transcurrir reciente de la humanidad, domina con fluidez y desenfreno todo proyecto y ambición de los dos más amplios empeños ejecutivos de su forjador: las comunicaciones a través de su proyecto StarLink y la exploración espacial a través de la StarShip, ciertamente todas con un trasfondo filantrópico indiscutible, más no por ello perfectamente permisible o universalmente aceptable.
Las comunicaciones entre los seres humanos, decíamos, es sin lugar a dudas un derecho humano fundamental y toda acción para estimularlas, proveerlas y asegurarlas es plausible, más tratándose de sociedades con graves limitaciones económicas y en regiones apartadas con dificultades para su acceso tecnológico, con primordiales necesidades educativas y de desarrollo social y cultural. StarLink, como proyecto de alta complejidad tecnológica dirigido a proporcionar este derecho, se fundamenta, sin duda alguna, precisamente en eso. Pero una cosa es el talante altruista y otra el afán del monopolio y la explotación económica; la constitución de emporios. Bien es sabido que el dominio de la información y las comunicaciones entre los pueblos es determinante de su cultura, de su desarrollo y al final, de su comportamiento social.
Primero, la invasión desenfrenada de satélites en nuestro medio planetario, como es evidente, que pone en peligro la seguridad de los instrumentos y habitáculos instalados en órbitas bajas y que, de paso, enceguece el entorno de visibilidad de nuestro espacio exterior desde la superficie del Planeta. De eso no creo que exista la más mínima discusión. Tan sencillo como que nuestros nietos jamás podrán contemplar la propia galaxia en la que viven al ritmo que vamos, sumado esto a la absurda contaminación lumínica.
Recientes publicaciones ampliamente conocidas dan cuenta de las vehementes solicitudes de los astrónomos de las principales universidades como Harvard, Princeton y Berkeley, por ejemplo, pidiendo evaluar los posibles impactos de las mega constelaciones de satélites en el entorno orbital lanzadas masivamente (Figura 1), y solicitando frenar la expedición de licencias con tales propósitos ateniéndose a las leyes vigentes de protección ambiental de los Estados Unidos, según la FCC, su Comisión Federal de Comunicaciones. Señalan con claridad que los satélites de StarLink suponen una amenaza por Figura 1: Bahía de satélites antes de su despliegue en masa a bordo de un cohete Falcon 9 (Crédito SpaceX. Tomado de la Internet) RED DE ASTRONOMÍA DE COLOMBIA · CIRCULAR ASTRONÓMICA 1006 – DICIEMBRE 2024 10 EVENTOS ESPECIALES la contaminación lumínica y radioeléctrica que están causando con su proliferación desenfrenada, cuando ya nos acercamos a los casi diez mil artefactos en órbitas bajas, con una proyección inminente de unos cien mil, que dicen sus fabricantes se colocan con algunas medidas antirreflectivas y con capacidad autodestructiva al final de su vida útil para reducir la masa de basura espacial, según su perspectiva.
José Roberto Vélez Múnera Astrónomo autodidacta. Expresidente de la RAC
Lee el artículo completo en la Circular 1006 aquí
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