La fascinación de la astrofotografía: capturando la inmensidad del Universo con un celular

Autor: Bryan Zhune

Estudiante de grado décimo Colegio Gimnasio La Arboleda

 

Tengo 16 años y siempre me ha llamado la atención la inmensidad del espacio, la fascinación por las estrellas y lo “místico” que hay en el descubrimiento del Universo. Sin embargo, esa fascinación se transformó en pasión cuando pude experimentar por mi cuenta un acercamiento al cosmos, el día que mi padre me regaló un telescopio y descubrí el mundo de la astrofotografía.

 

La astrofotografía es la combinación de la fotografía y la astronomía. Esta captura imágenes de cuerpos celestes como planetas, estrellas, nebulosas y galaxias. Mi aventura en este campo comenzó en Guayaquil, Ecuador,  una ciudad a nivel del mar, en donde las condiciones que se daban para la observación astronómica no eran las ideales; sin embargo, fue allí donde hice mi primera fotografía usando mi telescopio, mi celular y la Luna como objetivo. Luego de aquella primera astrofotografía, comencé a interesarme por objetos más difíciles como la Vía Láctea y algunas nebulosas. En el ensayo, error e investigación, me dí cuenta de que la contaminación lumínica es un factor importante que puede afectar mucho en astrofotografía. Para clasificar el cielo se usa la escala de Bortle, en donde un cielo de clase B1 es de condiciones excelentes y un cielo de clase B9 es un cielo con el máximo de contaminación lumínica. La primera astrofoto que realicé de la Vía Láctea fue desde Guayaquil en un cielo B6; es decir, de tipo urbano. 

Figura 1: Vía Láctea desde Guayaquil, en el patio de mi casa. 250×8 s, ISO: 3200 tomadas con Redmi Note 9.

 

Luego de esta primera fotografía, me propuse seguir aprendiendo y contactar con personas que tuvieran mayor experiencia. Pero en ese momento tuve que mudarme a Bogotá, distanciándome de todos mis amigos, de la mayoría de mi familia y de todo lo que había aprendido de astrofotografía. Tenía que comenzar de nuevo, estaba un poco nervioso, pero pude encontrar el cambio como una nueva oportunidad. 

Una vez que llegué a Colombia y observé el cielo despejado de Bogotá, también clase B6, noté que la altura relativa de observación es crucial e influye cuando se trata de observar el firmamento, pues se podían observar bien algunas estrellas, como las de la constelación de Orión y su gran nebulosa, que para mi asombro podía ver claramente como una mancha pequeña y borrosa. Entonces planifiqué mi siguiente fotografía de la Vía Láctea, esta vez desde el punto más alto de la ciudad en el cerro de Monserrate. Allí posicioné mi celular, en el suelo, de tal manera que no se moviera, ya que no tenía un trípode. Tomé fotografías con ocho segundos de exposición; esto implica que el sensor de la cámara del celular, estuvo recibiendo luz del cielo nocturno durante ocho segundos, aumentando así la señal y revelando objetos muy tenues en la inmensa oscuridad del espacio.

 

Figura 2: Vía Láctea desde el cerro de Monserrate.

70×8 s, ISO: 3200 tomadas con Redmi Note 9.

 

Para realizar este tipo de imágenes es necesario tomar varias fotografías y después usar el método de apilado. Este permite aumentar la señal recibida al sumar la información de cada una de las fotografías hechas por separado, además de reducir el ruido generado por el proceso de conversión de los fotones que se han capturado, en electrones que permiten construir una imagen de forma digital. 

 

Todo el procesamiento de la imagen debe realizarse con una configuración de software particular. Entre muchas opciones, usé Sequator para hacer el apilado de imágenes y Photoshop para poder obtener aún más señal en la fotografía. Cada vez que no me sentía satisfecho con el resultado, volvía a intentarlo. Aprendí por mi cuenta cómo procesar y editar astrofotografía, de manera que los resultados sean convincentes para un principiante como yo. Mi deseo de conocimiento me llevó a intentar tomar fotos al cielo nocturno con simplemente un celular y sus configuraciones de cámara, bajo cielos nublados y noches frías. Conseguí procesar y editar fotos aceptables, viviendo toda la experiencia, porque la astrofotografía no es solo el resultado, también es el proceso de captura bajo el firmamento.

 

Ya instalado en Bogotá, me sentía nervioso por entrar a un nuevo colegio. La sorpresa fue que pude encontrar el Gimnasio La Arboleda, donde se encontraba un semillero de astronomía llamado ANTARES, al que no dudé en entrar. Me recibieron muy bien, me sentí bienvenido y conocí personas con experiencia que me ayudaron a avanzar en mi pasión y aprender a investigar en la astronomía. Agradezco a mis docentes Daniel Mera y Paula Durán, como también a todos los compañeros y amigos con los que he podido compartir mi conocimiento. 

Figura 3: Vía Láctea desde Villa de Leyva.

600×8 s, ISO: 3200 tomadas con Redmi Note 9.

 

Como semillero, hicimos un viaje al XXVI Festival de Astronomía de Villa de Leyva y fue simplemente espectacular. Nuestro objetivo era apoyar las actividades, así que participamos ayudando a la gente a ver el Sol y la Luna con nuestros telescopios. También hicimos divulgación sobre el espacio, ofreciendo diferentes talleres y compartiendo con más personas con experiencia y conocimiento. Nos hospedamos en las afueras del pueblo, en una casa amplia y con un buen cielo nocturno, apropiada para mis fotos. Al final del día, aprovechamos los cielos despejados y pudimos apreciar un hermoso espectáculo. Yo nunca había visto tantas estrellas, era simplemente hermoso. Pude captar una vez más la Vía Láctea y guardar la astrofotografía como recuerdo del viaje. Además de nuestra galaxia, también se pueden apreciar nebulosas como la Laguna, conocida también como M8, en el centro de la imagen, además de cúmulos estelares como el de Ptolomeo. Por último, se pueden observar estrellas conocidas como Antares, una estrella supergigante roja en la constelación de Escorpio, que es la que representa nuestro semillero y por la que lleva su nombre.

 

Lo ideal sería hacer astrofotografía lejos de las ciudades, mientras menos luz mejor, pero aunque estés en una, vale la pena intentarlo. La astrofotografía es un hobby que requiere paciencia y mucha dedicación; te invito a iniciarte en él, es muy bonito cuando disfrutas lo que haces. Actualmente, sigo siendo parte del Gimnasio La Arboleda y del semillero ANTARES, sintiéndome muy orgulloso. En esta experiencia en el colegio, he podido participar en el XXVI Festival de Astronomía de Villa de Leyva, hemos hecho diferentes excursiones al desierto de la Tatacoa y Boyacá para acercarnos más al firmamento y hemos organizado varios eventos para poder hacer divulgación de la astronomía. Luego de todo esto, el semillero me ha dado ese impulso para reconocer mi trabajo y pasión por la astrofotografía, además de sentir que he logrado grandes avances investigando y divulgando la ciencia que más me gusta.